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2.2.
La lengua, siendo uno de los medios de comunicación de las comunidades
humanas, refleja relativamente las operaciones internas del pensamiento. La producción
lingüística de los individuos está siempre limitada por las condiciones y
las posibilidades
de la lengua. A lo largo de la historia de las lenguas humanas surgieron millares de
lenguas y dialectos. Cada una tiene su propio carácter e incluso su propia apariencia, lo
que le diferencia del resto de las lenguas. Esta diferencia puede ser mayor o menor
dependiendo de varios factores, principalmente geográficos, pues la lengua se funde
partiendo del núcleo hacia la periferia.
El círculo de difusión está sujeto a múltiples factores: sociales (o raciales en su
forma primitiva), políticos (o tribales), económicos e ideológicos (o espirituales). El
núcleo se compone de individuos que se comunican entre sí usando, normalmente, la
misma lengua. Cada individuo puede formar, por uno o más factores, un nuevo núcleo de
otro círculo. Este núcleo aplicará sus posibilidades de comunicación lingüística a los
miembros. Los miembros pueden poseer o no la misma lengua. Esta situación crea un
estado de desequilibrio lingüístico de dos tipos: (1) de la falta de contacto del nuevo
núcleo con la comunidad madre resulta: la pérdida de algunos elementos de la lengua
original y el desarrollo de la misma lengua, pero en una rama distinta a la de la original, y
(2) del contacto cotidiano del nuevo núcleo con el anfitrión surgen dos posibilidades: la
primera es la pérdida total o parcial de la lengua original del nuevo núcleo, y la segunda
es su mezcla con la del núcleo anfitrión. Este nuevo círculo crea una nueva comunidad
que, con el tiempo, tendrá su propia lengua y exportará individuos que formarán nuevos
núcleos lingüísticos.
Cada comunidad desarrolla consciente o inconscientemente su lengua. El sentido de
desarrollo está siempre condicionado por las posibilidades comunicativas con otras
comunidades; donde había alguna forma de comunicación entre las naciones, se
encontraban varios aspectos lingüísticos compartidos, y donde el contacto con otras
comunidades era nulo, las lenguas tenían una naturaleza radicalmente distinta a la del
resto.
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