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base para comprender los sistemas de la tercera, adoptar sus funcionamientos para acercar
al sujeto a los de la tercera, y reforzar sus pilares para hacer de ella un método de
percepción y de comportamiento verbal sólido y estable.
Este planteamiento es, desafortunadamente, todavía desconocido por los
investigadores, tanto pedagogos como lingüistas o didácticos. Me ha resultado imposible
encontrar referencias directas o indirectas a los aspectos de este mecanismo, que llamaría
La Lengua Escalera. Por lo tanto, la teoría y las hipótesis relacionadas con este
mecanismo carecen, naturalmente, de cualquier aprobación u oposición. Es un
planteamiento todavía abierto para los implicados en el perfeccionamiento de la
adquisición y de la traducción de lenguas extranjeras.
Con este fin, y con el de proporcionar una larga introducción a mis suposiciones,
sin la que no podría llegar a entenderse la teoría de la Lengua Escalera, he tenido que
estudiar, incluyendo los más mínimos detalles, todos los elementos implicados, al mismo
tiempo, en la adquisición del lenguaje y en la aplicación de dicha teoría.
En el primer capítulo, trataré el entorno
de la adquisición analizando los dos
componentes más decisivos en este proceso: la lengua, el objetivo de nuestro esfuerzo, y
el sujeto, el generador pragmático del proceso.
La lengua sigue siendo un concepto indefinido debido a la divergencia de
tratamiento por parte de los lingüistas. No obstante, intentaré presentarla de forma
temática y concisa, empezando por sus características; principalmente su estructuración
en varios sistemas, además de la variabilidad e inestabilidad de dichos sistemas. Después,
la naturaleza de la lengua desde el punto de vista formalista, que ve la lengua como un
fenómeno mental, adquirido por una capacidad humana innata, y funcionalista, que la
considera como un fenómeno social, impulsado por las necesidades comunicativas.
Seguidamente trataré, profundizando hasta cierto punto en la psicología, de exponer el
problema lógico de la lengua, haciendo énfasis en el triángulo de este problema: la
memoria, como el almacén lógico de todas las operaciones lingüísticas, la inteligencia, o
la capacidad de procesamiento cognitivo de los nuevos datos, y
la propensión,
o los
factores que inducen al sujeto a aplicar su faculté du langage para adquirir una lengua.
Otro elemento que expondré, según los criterios psicolingüísticos, es el conocimiento por
ser el reflejo de nuestras experiencias con la lengua y de los aspectos intuitivos e
independientes de ésta (los universales). Después, abordaré la relación íntima entre
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