|
46
In order to improve his command of a second language, the learner must
continuously compare his current language variety with the target variety. This
between the two diminishes.
Debido a que el sujeto no es siempre consciente de la existencia de diferencias entre
las dos lenguas (Klein, 1986:140), esta estrategia se considera un problema muy grave,
porque, según Brooks
(1969:47) esto conduce
al sujeto a saber, únicamente, como
funciona una lengua sin poder manipular o controlar sus funcionamientos:
The learner who has only been made to see how language works has not learned
any language; on the contrary, he has learned something he will have to forget
before he can make any progress in that area of language. If his prior training has
conditioned him to require that he know what he is doing, an analytical
explanation may help to relieve this concern which, in turn, may be acting as a
block to learning.
Por lo tanto, para evitarlo, Brooks (1969:50) recomienda que el sujeto no debe: (a)
usar su lengua materna, (b) crear listas de equivalencias entre L1 y L2 y (c) traducir de la
lengua extranjera a la lengua materna. Como todas las enseñanzas formales de las lenguas
dependen enormemente de las comparación conscientes entre L1 y L2 (Klein, 1986:141),
estas recomendaciones no son en la mayoría de los casos aplicables.
Junto a esta estrategia el sujeto aplica, inconscientemente, las leyes de su lengua
materna influido por dos formas de gestionar los nuevos datos de L2. Estas formas son
conocidas por The principle of contrast y The principle of conventionality (o el
principio de contraste y el principio de convencionalidad). El primero dicta que las
diferencias en la forma de la lengua marcan una diferencia en el significado, y el segundo
supone que para ciertos significados existe una forma convencional que los hablantes
esperan que sea usada en la comunidad de la lengua, Clark (1987:2). Es decir, el término
mesa, p. ej., que se diferencia de silla en la forma, también se diferencia en el significado,
lo que implica que las dos formas contrastan en el significado. Y si uno quiere hablar del
concepto de mesa, sería más adecuado usar la palabra convencional mesa (y no silla), si
no, nadie le entendería.
|