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A través de su previo conocimiento de L1, el sujeto dispone ya de un sistema
lingüístico, y supone, como afirma Ringbom
(1986:150) que el de L2 funciona de la
misma manera:
The naive learner beginning his first foreign language starts out from the
hypothesis that the foreign language basically functions in the same way as his
L1, with only the lexical items being different.
Además, según Corder
(1992:24), los sujetos de L2 son conscientes de los
objetivos requeridos por una lengua y aprecian sus poderes comunicativos:
(...) Second language learners not only already possess a language system which
is potentially available as a factor in the acquisition of a second language. But
equally importantly they already know some thing of what language is for, what
its communicative functions and potentials are.
Es obvio que cuando el sujeto conoce menos L2 tiene más necesidad de recurrir a
cualquier conocimiento que posee (Rigbom, 1986:155), y viceversa. Por eso, la tarea
básica del sujeto es adquirir un conocimiento tácito de principios que compaginen las
formas lingüísticas, no sólo entre sí, sino también con los significados y las funciones
referenciales y no referenciales (Ochs, 1988:14) de L1 y L2. Esta operación resulta,
normalmente, en: (1) un nuevo sistema lingüístico que contiene informaciones mixtas de
L1 y L2, lo que algunos (p. ej. Duff, 1981) llaman the third language (o la tercera
lengua), o (2) un sistema lingüístico que no pertenece a ninguna de las dos lenguas
(Corder, 1992:25).
a) La concordancia matching problem.
El objetivo constante del sujeto en la adquisición de la lengua es reducir la
distancia entre su actuación en L1 y la de un nativo (Klein, 1986:138), y para mejorar su
control de L2, debe, como afirma Klein (1986:62), comparar frecuentemente los
contrastes entre L1 y L2:
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