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CONCLUSIÓN
La comprensión del funcionamiento de los elementos implicados en la adquisición
es imprescindible, para cualquier ejercicio u oficio relacionado con las lenguas
extranjeras. Sin saber perfectamente qué es una lengua: sus características, su naturaleza,
los problemas lógicos que implica, y sin conocer a la persona a la que deben transmitirse:
su estado psicológico, neurofisiológico, cognitivo, todo el proceso de la adquisición sería
una tarea estéril. Este proceso, también, debe estar completamente asimilado, tanto en su
contenido concreto de elementos lingüísticos, como en su mecanismo psicológico. 
Aunque la descripción y el tratamiento del proceso de adquisición parezcan una
disciplina puramente teórica, una ligera observación de la coactividad de sus
componentes sería capaz de demostrar que es un proceso orgánicamente vivo. El
dispositivo de la adquisición (LAD), incluso en su forma más teórica (“la faculté du
langage”), puede reflejar la vibración que causa la entrada de cualquier dato lingüístico o
sociocultural en la subconsciencia del individuo. Todos los aparatos (el Monitor, los
filtros afectivos, etc.), que éste, inconscientemente, usa en su lucha con los sistemas de la
nueva lengua puede verse en pleno funcionamiento, como si de una máquina
transparente, sufriendo ante la fuerza de la lengua materna, se tratara.
La adquisición de una lengua extranjera sigue siendo una tarea caóticamente
realizada. La razón está muy clara: si las personas implicadas en el proceso han podido
entender los aspectos relacionados con el sujeto, les falta siempre el entendimiento de la
lengua y, si logran comprender el contenido del proceso, les parece imposible asimilar
sus mecanismos. Esto se debe, lógicamente, a la irracionalidad en las didácticas de la
enseñanza de idiomas. Tradicionalmente, los profesores de idiomas no son más que
individuos que dominan la lengua materna y, raramente, una segunda lengua. Su
conocimiento de la lengua en cuestión es, generalmente, el de cualquiera con una
modesta preparación pedagógica. Este conocimiento no serviría más que para transmitir
información y no lengua. La ‘personificación’ de la lengua es el único camino que puede
conducir a la adquisición, y no al aprendizaje, de una nueva lengua. Es toda una
estrategia que es posible conseguir mirando a la lengua desde el exterior; mientras
sigamos girando dentro de su órbita, estaremos siempre dominados por su gravedad, y
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