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de este fenómeno en casi todos los niveles; es decir, cualquier elemento de la lengua que
se introduzca en el área del uso inconsciente de la lengua puede llamarse ‘fosilizado’. La
fosilización, por tanto, puede ser de dos tipos:
3.4.1.
La fosilización destructiva.
Todo elemento que se fije en la IL, sin cumplir las normas de L2 y que sea el
resultado de una transferencia lingüística de L1, se considera fosilizado destructivamente.
La fosilización de estos elementos destroza, relativamente, la verdadera imagen de L2, y
retrasa (si no paraliza) la optimización del rendimiento. Los elementos fosilizados, antes
de llegar a un nivel razonable de adquisición, funcionan como obstáculos que frenan el
acceso armónico a otros elementos. Fosilizar un elemento fonético, a pesar de su
independencia funcional, puede causar la fosilización involuntaria de un elemento
gramatical. Si el ámbito comunicativo produce fosilizaciones fonéticas, como [salida
emergencia] por ejemplo, el sujeto probablemente fosilizará este elemento fonético en el
resto de sus producciones, por lo tanto, ‘salida de emergencia’ se convertirá también
gramaticalmente en [salida emergencia].
La fosilización destructiva depende de varios factores, de los cuales destacan los
que se atribuyen a la lengua materna y los relacionados con la universalidad. Teniendo en
cuenta que, como ya hemos visto en varios lugares, L1 es el proveedor principal del
conocimiento, que junto con las experiencias en L2 forman la Interlengua. En la IL se
encuentran las combinaciones de los datos que forman los elementos y el
comportamiento lingüístico del sujeto en L2. El énfasis del esfuerzo es intencional en los
datos que pertenecen a L2, pues son la meta del proceso de adquisición y no la base. 
La frecuencia del funcionamiento de un elemento no es necesariamente idéntica en
las dos lenguas. Algunas situaciones o expresiones son muy frecuentes en L1,
pero
escasas en L2, es aquí cuando empieza la fosilización destructiva. Debido a que la fuerza
lógica y expresiva de los elementos de L1, que están introducidos en la IL, es siempre
superior a la de L2. Por eso, cuando una situación requiere la intervención de los datos de
IL, empieza en la mente del sujeto una especie de lucha
instantánea, y a veces
espontánea, para elegir la combinación que pueda responder a dicha situación. Si esta
situación es más frecuente en L1 que en L2, entonces, el sujeto elegirá la combinación de
datos que corresponda más a L1, y viceversa. Es decir, si un inglés quiere invitar a
alguien a un té, por ejemplo, lo que hace para expresarse es lo siguiente:
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