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La adquisición de L1, al ser estudiada psicológicamente causa múltiples
problemas, que todavía carecen de explicaciones lógicas. Pero, resulta más fácil trazarla
lingüísticamente, por el hecho de que algunos aspectos (p. ej. la duración) son
relativamente estables en todos los casos. Mientras en la adquisición de L2 ocurre casi lo
contrario, puesto que, analizar los aspectos psicológicos es más fácil que el análisis del
resto de los factores que participan en el proceso, siendo totalmente inestables.
Klein (1986:15) supone que la adquisición L2 ocurre durante la formación de L1,
por lo tanto, no existe una línea clara de separación entre los dos procesos:
(...) no sharp dividing line can be drawn between first and second language
acquisition for the simple reason that the latter is frequently initiated before the
former one has come to close.
Esto supone que la adquisición de L2 no debe tener lugar después de la pubertad, es
decir, en la infancia. De esta afirmación se puede deducir una especie de definición del
concepto de L2. Klein parece distinguir entre la adquisición de una segunda lengua
y la
de una lengua extranjera (L3). Si el caso es que L2 tiene que aprenderse durante el
proceso, o poco después, de la adquisición de L1 y si no L2 se llamaría L3, entonces su
afirmación es totalmente correcta.
Esta opinión la comparte Sharwood Smith
(1990:263) pretendiendo que las
diferencias, respecto a la situación de aprendizaje, son mínimas:
It is by no means clear that the second language learning situation is so radically
appearances to the contrary.
Las diferencias entre las dos categorías de adquisición son numerosas. Para facilitar
la tarea de comprensión de las diferencias entre la adquisición de L1 y la de L2, intentaré
mostrar algunas diferencias según los planos diferenciados relacionados con los dos
procesos.
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